La Baldrich – Pensamiento Nacional

Spilimbergo, Jorge Enea (1928–2004)

Jorge Enea Spilimbergo nació el 25 de septiembre de 1928 en el barrio de La Boca, Buenos Aires. Trabajó durante 35 años como redactor y delegado gremial en el diario Crónica, aunque su verdadera vocación la canalizó como pensador, militante y teórico de la Izquierda Nacional, corriente que ayudó a forjar y consolidar.

Su concepción del marxismo no era dogmática: lo entendía como un método de análisis flexible y en constante diálogo con la experiencia histórica nacional. Para él, el desafío era fusionar las banderas del socialismo con la tradición popular surgida del 17 de octubre de 1945.

Comenzó su militancia en 1953 apoyando a Perón desde el Partido Socialista de la Revolución Nacional (PSRN), junto a figuras como Jorge Abelardo Ramos. Publicó su primer libro en 1954: Diego Rivera y el arte en la revolución mejicana, y en 1955 participó del libro Yrigoyen y la intransigencia radical, firmado con el seudónimo Lucía Tristán.

Tras el golpe de 1955, denunció que ninguna revolución de masas puede consolidarse si no destruye las viejas estructuras del Estado y se basa en la democracia directa y popular. Participó también del semanario Lucha Obrera, censurado por la dictadura de Aramburu.

En 1958 publicó Nacionalismo oligárquico y nacionalismo revolucionario, donde criticó la corriente nacionalista oligárquica. Al año siguiente apareció De Yrigoyen a Frondizi, y luego Historia crítica del radicalismo (edición ampliada en 1988). En 1960 escribió Peronismo, frondicismo y socialismo, abogando por una izquierda nacional que no idealice revoluciones extranjeras, sino que entienda y transforme la realidad local.

Durante la década del 60, publicó:

  • Juan B. Justo y el socialismo cipayo (1961)
  • La Revolución nacional en Marx (1962)

Ambas obras fueron editadas por Coyoacán, el sello editorial dirigido por Ramos. En 1962 fundó el Partido Socialista de la Izquierda Nacional (PSIN), cuyo manifiesto redactó personalmente.

En 1964 preparó la tesis Clase obrera y poder, donde analizó el parasitismo agrario de la oligarquía y la estructura semicolonial del país. Advirtió que el desarrollo industrial posterior a 1930 no había modificado el dominio oligárquico ni su peso sobre la conciencia política de las clases propietarias.

Estas reflexiones anticiparon las grandes rebeliones del Cordobazo y otras puebladas del interior a fines de los 60, que para Spilimbergo superaban dialécticamente el 17 de octubre.

En 1971 participó de la fundación del Frente de Izquierda Popular (FIP), desde donde impulsó el voto a Perón “desde la izquierda”. El FIP alcanzó casi un millón de votos en 1973, pero poco después comenzaron las divisiones internas. Durante una comida partidaria, Spilimbergo calificó a Perón como “jefe del ejército de la clase enemiga”, lo que contrastó con Ramos, quien lo reivindicó como líder de la revolución nacional.

A partir de los años 80, tras el golpe de 1976 y la dictadura, se distanció definitivamente de Ramos. Mientras este buscaba influencia desde el Estado, Spilimbergo mantuvo su confianza en la capacidad transformadora de las masas. Continuó militando desde nuevos espacios como:

  • el FIP “Corriente Nacional”
  • el “Partido de la Izquierda Nacional”
  • el “Ateneo Arturo Jauretche”
  • y finalmente, el partido “Patria y Pueblo”

Fue homenajeado en julio de 2004 en la presentación de la reedición de La cuestión nacional en Marx. Mantuvo una ética inflexible y vivió muchas veces en condiciones económicas precarias. Cultivó además una sensibilidad artística y filosófica, que volcó en su libro de poemas El ser que iba en los días.

Falleció el 4 de septiembre de 2004, poco antes de cumplir 76 años. Su muerte fue ignorada por los grandes medios, apareciendo apenas en unas pocas líneas en Página/12 y, días después, en una carta de lectores de Clarín.

Fuente: LOS MALDITOS. Editorial Madres de Plaza de Mayo