“Entendemos que la industrialización del país es imprescindible e impostergable como factor de equilibrio económico social (…) Entendemos también (…) que la industria comúnmente llamada ‘pesada’ es primordial para desarrollar la de carácter manufacturero (…) y que, por lo tanto, si el país renuncia a contar con ella perderá la oportunidad de ocupar… en el concierto universal el nivel que le corresponde por su potencial moral y material, pues dependerá en forma excesiva de la buena voluntad extraña a sus propios y vitales intereses.”
El 15 de marzo de 1892 nacía uno de aquellos hombres que más tarde serían recordados como “Los Generales del Pueblo”, Manuel Nicolás Aristóbulo Savio. Este Ingeniero Militar, que luego alcanzaría el grado de General de División, hizo suyo el objetivo de industrializar la Nación, que por aquellos momentos se caracterizaba por su modelo agro-exportador, sin mayores emprendimientos industriales.
El General Savio fue el heredero de fray Luis Beltrán y el continuador del legado materializado por el general Enrique Mosconi en YPF durante las presidencias de Yrigoyen. Este patriota de acero tenía como objetivo central la transformación de una economía agro exportadora y dependiente, en una economía industrializada que, de la mano de el Estado, asegure el desarrollo de la Patria en el plano de la independencia económica, que a su vez posibilitara la soberanía política y la justicia social.
Era hijo de Sebastián Savio, inmigrante italiano, y María Gazzano, argentina. Ingresó al Colegio Militar de la Nación el 3 de marzo de 1909, egresando como subteniente en 1910. Fue ascendido a teniente en 1913, a teniente primero en 1915 y a capitán en 1920. Se graduó como ingeniero militar en 1931; obtuvo el grado de coronel en 1936, el de general de brigada en 1942 y el de general de división en 1946, dos años antes de morir.
Su principal preocupación y actividad estuvo orientada a desarrollar la industria pesada en el país. En esa dirección creó la Escuela Superior Técnica en 1930. En el rango escolar, también levantó a su mano la escuela Nº30, encontrada en San Nicolás de los Arroyos, la cual lleva su nombre.
En 1936, con 44 años, Savio fue designado al frente de la dirección de Fabricas Militares. Desde ese lugar impulsaría el desarrollo de la industria pesada nacional, enviando un proyecto de ley por el cual se crearía la Dirección General de Fabricaciones Militares (FM) y se autorizaba a realizar exploraciones y explotaciones de metales de valor estratégico, como cobre, hierro, plomo, estaño, manganeso, wolframio, aluminio y berilio, al igual que no metales, como el azufre, minerales que no serian destinados a su exportación, sino que servirían como insumos básicos para la industria nacional. Los hallazgos y explotaciones que se realizaron desde FM fueron numerosos, siendo los más destacables los del hierro de Puesto Viejo, al sur de Palpalá, en Zapla; las arcillas y caolines bonaerenses, el uranio de Comechingones y de la mina “Soberanía”, de Mendoza; el cobre de Los Aparejos, en Tinogasta, Catamarca; el mineral del Paramillo, de Uspallata, Mendoza; la mina de hematita La Santa, Pastos Grandes, Salta; y el cobre y la rodocrosita de Capillitas, entre otras. Además, la ley autorizaba el desarrollo de un programa de prospección geológico-minera en la Antártida Argentina.
Para el año 1943, a menos de 7 años de su creación como organismo autárquico, el Gral. Savio había inaugurado 9 fábricas nuevas: Fábrica de Acero y Pólvora y Fábrica de Explosivos de Villa María, Fabricaciones Militares de Armas Portátiles “Domingo Matheu”, Tolueno Sintético, Munición de Artillería Río Tercero, Munición de Artillería “Borghi”, Vainas y Conductores Eléctricos E.C.A., Munición de Armas Portátiles “San Francisco”, Materiales Pirotécnicos y Altos Hornos Zapla. Estas se sumaban a las 3 ya existentes (Fábrica Militar de Equipos, Fábrica de Material de Comunicaciones y Fábrica de Aviones).
Ya para el 7 de marzo de 1944, tendría lugar un hito de la industria siderúrgica nacional, el comienzo de la construcción de la Planta Industrializadora de Palpalá de Altos Hornos Zapla, cuyo horno se construiría en hormigón armado (único en el mundo) por la escasez de materiales imperante en ese tiempo y cuyo fuego seria alimentado por carbón vegetal ante la falta de carbón mineral (para esto Savio activó el Vivero de Pirané, con 30 millones de eucaliptos y 15.000 hectáreas).
Llegado el 11 de Octubre de 1945, apenas 1 año y 7 meses después del comienzo de las obras, surgiría del Alto Horno el primer chorro de hierro, sobre el cual Savio expresó que “iluminará el camino ancho de la Nación Argentina”.
Luego de esto se realizaron otros importantes logros, como la adquisición de la Sociedad Electrometalúrgica SEMA, rebautizada como Fábrica Militar de Vainas y Conductores Eléctricos (latón militar para vainas, metales para la industria manufacturera y una amplia gama de conductores eléctricos), además de la inauguración de la Fabrica Militar de Materiales Pirotécnicos y de la Fábrica Militar de Material de Comunicaciones y Equipos.
En 1946, ante la abrupta caída en el consumo nacional de hierro y la escasez de materiales, el Gral. Savio suscribe su Plan Siderúrgico, que luego seria transformado en ley, con el objetivo de producir acero en el país utilizando materias primas y combustibles argentinos (complementando en caso de ser necesario con materiales importados), para así ofrecer el suministro a las industrias de transformación y terminado de acero, fomentando la instalación de plantas de transformación y logrando de esa manera el desarrollo de la industria nacional.
El Plan Siderúrgico, enmarcado en el Primer Plan Quinquenal del gobierno de Juan Perón, contemplaba la creación de la empresa, posteriormente, emblema de la industria nacional, SOMISA – Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina –, para realizar en el país el proceso completo de producir acero a partir del mineral de hierro. Desgraciadamente, en pleno desarrollo de su plan, el Gral. Manuel Savio murió a raíz de un paro cardíaco, el 31 de julio de 1948, a la edad de 56 años, estableciéndose ese día como el Día de la Siderurgia Argentina. SOMISA fue fundada años más tarde, durante la presidencia del Dr. Frondizi.
En los años posteriores, esta empresa contribuyó a la industrialización del país, aportó grandes cantidades de dinero al fisco, exportó cifras considerables y tuvo una facturación extraordinaria. Además, promocionaba economías regionales y se abastecía de mineral nacional. Es decir, constituía un factor estratégico de nuestra economía.
En el marco del neoliberalismo de la década de 1990, SOMISA fue desguazada y luego privatizada, pasando a formar parte del grupo privado Techint, que pagó un mínimo porcentaje de su valor real. Altos Hornos Zapla sufrió el mismo destino en 1999, siendo rematada por un precio cercano al de su producción anual, y pasó a manos del empresario Sergio Taselli.
Desde La Baldrich, rescatamos el legado y la epopeya del General Savio en pos de la industrialización de la Patria, y ponemos sobre la mesa de discusión la necesidad actual de un Plan Siderúrgico Nacional en beneficio de la economía argentina. Por ello, manifestamos con fuerte ímpetu: Industrias para la Defensa – Altos Hornos Zapla – SOMISA ¡luche y vuelve!
“Necesitamos barcos, ferrocarriles, puertos y máquinas de trabajo, y no nos podemos detener a la espera de milagros… ello es ya un imperativo en nuestro progreso, porque es un mandato de la argentinidad, porque lo requiere nuestra soberanía dentro de un programa que no persigue ninguna autarquía deformada por exacerbado nacionalismo, sino porque aspira a contar con un mínimo de independencia” Gral. Manuel Savio
